domingo, 3 de mayo de 2020

A mis madres, las madres de mis alumnas/os.

Con este poema de Arturo Maccanti deseo felicitar a todas “mis madres” que son las madres de mis alumnas/os. Madres que sin previo aviso, se convirtieron en mis adjuntas imprescindibles en estos tiempos de confinamiento. Madres que han ejercido una auténtica “cuidadanía” en sus hogares.

Cada una de ellas con sus respectivas cotidianidades vitales: ERTES, turnos de trabajo, teletrabajo, enfermedades de familiares y fallecimientos de algunos, tareas del hogar, aunque sean compartidas,… y ¡sus emociones!, con todo ello han seguido cuidando de los suyos con una sonrisa. Esa sí que es una auténtica ética de responsabilidad compartida.

Una vez más, se ha demostrado el valor de las mujeres (siendo justa, también ha habido algún hombre en este desempeño). Un valor esencial para que nuestra sociedad avance y, lo haga de manera especial, con la mirada de una madre.

Esta terrible crisis sanitaria, económica, pero también social ha tambaleado los cimientos de lo que creíamos inmutable, crisis que ha puesto de relieve que, más que nunca, necesitamos líderes que sean referentes para que trabajen en pro del bien común, que poniendo su mirada en la del otro descubran sus necesidades y, sin duda, el primer pilar de esta sociedad, que se nos antoja que debería ser mejor, lo han puesto ustedes las madres. Madres que no siendo docentes, han asumido un papel imprescindible para que sus hijas e hijos puedan seguir con algunas de sus rutinas, sin cuestionar absolutamente nada y siempre detrás de la pantalla. ¡Y sin que nadie se haya acercado a ustedes y les haya preguntado!

Es tiempo de cuidarnos, tiempo de solidaridad, de compromiso… Queridas mamás, no se preocupen pensando en que no se avanza en la materia, no se angustien pensando en que sus niñas y sus niños van a olvidar los contenidos. Ellos/as tiene toda la vida por delante y apenas unos meses, no significan nada. Tengan la absoluta tranquilidad de que nosotros/as las y los docentes estamos y estaremos ahí cuando recuperemos nuestra rutina. Tengan la tranquilidad y la certeza de que ni ustedes ni nosotros hemos podido adaptarnos de manera mágica y automática a esta situación tan difícil…

Quisiera animarlas con un agradecimiento esperanzador, estoy segura de que a partir de hoy, las cosas serán más fáciles porque ustedes lo han hecho posible y, ahora, juntas podremos avanzar más y mejor porque este tiempo nos ha unido.



Volveremos a la escuela y nuestros niños/as reirán, jugarán, compartirán sus vivencias y crecerán en comunidad. Valores estos que solo puede aportar la escuela, la escuela que sostiene, que apoya, que refuerza valores, la escuela que los/as ayuda a crecer y a ser un poquito más felices.

También a mi madre porque fue una madre ejemplar que me ayudó a ver la vida con ojos de esperanza y de compromiso.

Recuerden, lo que dice el poeta: “Porque el hombre es amor. Amor o nada…”.



Amor o nada

Os hablo de la luz de esta jornada;
de una mano de amor sobre este hombro;
del corto corazón ante el asombro
de verse la tristeza derrotada.

Os digo, por la herida en que nombro 
y por esta esperanza desvelada,
que el hombre es sólo amor antes que nada,
antes de que regrese a ser escombro.

Os digo que la vida es cordillera;
cada uno la alcanza a su manera 
y es muy triste quedarse en la estacada.

Es muy triste quedarse —como un río
sin agua— sin amor, solo y vacío,
porque el hombre es amor. Amor o nada…




miércoles, 8 de abril de 2020

Dos estrellas brillan en el cielo



Y mi alma, tiende sobre el mar dorado
una esperanza de mejores tiempos,

en ese instante en que las cosas todas

por demasiado ciertas nos engañan...

                                             Alonso Quesada

Querida Leila:

Hoy, desde detrás de una pantalla, te escribo para mandarte un enorme abrazo de ánimo y de esperanza. Tú representas a una generación de niñas y de niños que en estos meses ha sufrido la pérdida de sus abuelos. En concreto a ti, te ha tocado por partida doble porque este maldito virus te ha dejado sin tu bisabuela y sin tu abuelo. 


Esos abuelos cuya brega en tiempos difíciles construyeron parte de este país, esa generación que vivió penurias de todo tipo para que nosotros viviéramos mejor, esas madres y padres de los que hoy somos madres y padres que nos han ayudado a construir el mundo que hoy conocemos, que han dedicado su jubilación a cuidarlos a ustedes, a mimarlos… siempre con una sonrisa y con la máxima generosidad y amor. Abuelas y abuelos que han sido indispensables en nuestro mundo… se están yendo por causas que jamás nos pudimos imaginar.



Leila, yo no puedo decirte que lo que sucede tenga explicación, ni siquiera que la puedas entender para  ayudarte en tu tristeza -tampoco nosotros los adultos lo comprendemos-. Pero estoy segura,  de que ellos, tu bisabuela Rosa y tu abuelo Ramón, y otros tantos, han dejado aquí tesoros como tú. 



Tesoros que harán posible engrandecer los valores que te transmitieron. Esos valores, unidos a tus capacidades, a tu empatía, a tu generosidad, a tu ingenuidad, a tu alegría y sobre todo, con mucha ilusión te guiarán. Confía y cree con certeza que vale la pena trabajar por y para un Planeta mejor. Un Planeta en el que las personas sean la prioridad;  en el que el bien común sea el objetivo; las alianzas sean parte indisociable de la vida comunitaria, para que todas y todos alcancemos la prosperidad necesaria para tener una vida digna y, un Planeta en el que  la cultura de la paz impregne esta aldea global que compartimos.

Sueña Leila, sueña con un mundo en el que, como tú deseas, el medio ambiente tome protagonismo y reanime la vida de nuestros preciados ecosistemas. Ya lo estamos viendo: playas en las que los delfines y ballenas nadan a sus anchas sin la huella del hombre, las aguas de nuestros mares limpias y transparentes, el cielo más azul, los melodiosos cantos de los mirlos en el amanecer, se me antojan más intensos…


Nosotros los adultos te acompañaremos, te guiaremos…, pero el camino lo tienen que ir construyendo poco a poco  tú y tu generación. ¡Es posible, pero debemos cambiar la mirada con la que hasta ahora hemos hecho las cosas! 


Seguiría escribiéndote, pero solo te digo que estamos contigo, estamos con ustedes, con todas las niñas y los niños a los que ahora no podemos ver reír, ni correr, ni jugar en los patios de nuestros colegios…Ustedes son lo más importante que tenemos día a día las maestras y los maestros… y que los queremos hasta el infinito y… ¡Nos veremos muy pronto!


Y se acerca la noche, una noche radiante de un primaveral abril…


Leila asómate a tu ventana, y despacito, muy despacito recorre con tus ojitos cada trocito de cielo, allí en la inmensidad del firmamento, descubrirás dos estrellas que brillarán eternamente con toda su intensidad para ti.


Un abrazo de tu tutora,
Teresa Acosta
  


martes, 7 de abril de 2020

Líderes hoy


Hoy más que nunca necesitamos auténticos líderes que motiven, ilusionen, aporten tranquilidad, acompañen, transmitan de forma clara y concisa indicaciones en los campos en los que a cada uno le compete y sean resolutivos. Ser jefe es fácil pues para ordenar no se necesita inteligencia emocional, solo se necesita sentir que tienes el control y, muchas veces, creerte con la verdad. Ser líder es mucho más.

Necesitamos líderes en los que se integre profesionalidad y bondad, seres sensibles, líderes con mirada transparente para percibir las distintas realidades, miedos, incertidumbres, sufrimientos… Líderes capaces de escuchar, reflexionar y actuar de forma creativa en beneficio del bien común  por encima de cualquier sesgo ideológico. Especialmente, en este momento hemos de prestar atención a las personas que experimentan mayor vulnerabilidad. Para ello es necesario salir de las torres de marfil desde las que apenas se pueden vislumbrar las necesidades y angustias vitales de nuestros conciudadanos.

Ser líder es jugar en equipo, permitirse el error, avanzar, sustituir el yo por el nosotros; pero sobre todo, es creer en el equipo y dejarlo crecer para que cada una de las personas que lo forman aporte la suma de las capacidades individuales en beneficio de los que hoy, más que ayer, necesitan equipos sólidos, competentes, eficaces y humanos. 

El líder debe sentir un interés auténtico por el otro, debe saber ver el mundo del otro con ojos generosos porque la comunidad hoy necesita comprensión, atención y esperanza. 

lunes, 30 de marzo de 2020

Opinamos... algo.

Esta página de nuestro blog es un homenaje a Rosa Benet, fundadora del periódico La Laguna Mensual. Encontrarás algunos artículos de opinión que publiqué en su día en su periódico.

martes, 14 de abril de 2015

Lecturas compartidas, nuevas historias para el alma.

 Hace algún tiempo que por la mente de Edri transitan hadas, caballos, castillos, monstruos, barcos, molinos, montañas, pueblos fantasmas, espadas, leñadoras, cabritos, peces de colores, alfombras voladoras, islas mágicas... Parece que allí se están ahogando. Edri los escuchaba, pero no entiende qué le pasa ni qué hacer para ayudarlos a salir. Se imitaba a escucharlos, sobre todo por las tardes cuando se quedaba solo en casa y se sentaba en el balcón donde se pasaba muchas tardes con una mirada ausente.

 Edri no recordaba ninguna historia porque hacía ya mucho tiempo que en su casa no se contaba ni se oían relatos, casi no recordaba aquellos días en los que toda la familia escuchaba las maravillosas leyendas narradas por su abuelo Edriello, parecía que alguien las había borrado de su memoria.

 Tampoco en la escuela se contaban ni se escuchaban aventuras, sí se leía para contestar algunas preguntas y también para aprender cosas nuevas y… poco más, vaya, cosas poco apasionantes para Edri.

 Es cierto, cuando iban a la biblioteca, Edri hablaba con personajes que solo ella veía, se metía en los cuentos y vivía emocionada sus aventuras, escuchaba las historias que los libros le contaban, acompañaba a los héroes en sus aventuras y peripecias, soñaba, lloraba y reía con ellos… hasta que el timbre la hacía volver a la realidad.

 Con todos estos personajes que conversaban en su cabeza, Edri iba a volverse loca, no se atrevía a comentarlo con nadie, pero Metis, su madre, sabía que algo inusual le pasaba a su hija. Durante días la observó para ver si le subía la fiebre, y por las noches se asomaba a su habitación para asegurarse de que se encontraba bien. Sin embargo, cada día notaba que en la cama de su hija se recostaban unos personajes extraños que iban reemplazando a los juguetes de su hija. 

 Una noche, mientras todos dormían unos llamativos ruidos comenzaron a escucharse por el pasillo. Metis se despertó, advirtió a su marido y sigilosamente ambos se levantaron de su cama, abrieron despacio la puerta y.... ¡Oh!... Su pasillo se había transformado en una vereda. Caminaron,  por ella, atravesaron un tupido pinar y llegaron hasta el centro del malpaís de una pequeña isla.

¡Allí estaba Edri!, no podían creerlo, acompañada de Caperucita, de los cabritillos, de Blanca Nieves, del gato con botas, de un bombero, de un elfo, y también de un personaje que se parecía mucho al abuelo Edriello, estaba rodeado de una gran montaña de libros abiertos de los cuales salían sin cesar muchos personajes…

 Silenciosamente se sentaron, abrieron un libro y los cuatro comenzaron a recordar cómo acariciar cada palabra, cómo saborear sus melodías, a rendirse ante las historias, a vivir cabalgando entre versos, a leer a otros y con otros, a compartir. Edri por fin pudo liberar de su mente a los protagonistas de tantas historias y dejarlos volar hacia nuevas almas para fomentar en ellas la imaginación, la ilusión y el anhelo de vivir y crear nuevas historias.




Canarias: un compromiso ético y tolerante hacia un horizonte sostenible

    Canarias: compromiso ético y tolerante ha cia  un  horizonte sostenible E stoy completamente de acuerdo con los planteamientos fundament...