miércoles, 17 de abril de 2024

Canarias: un compromiso ético y tolerante hacia un horizonte sostenible

 



 Canarias: compromiso ético y tolerante hacia  un  horizonte sostenible


Estoy completamente de acuerdo con los planteamientos fundamentales esbozados para la Manifestación del día 20 de abril. Es crucial reflexionar sobre los problemas que afectan a Canarias. Es esencial promover el diálogo entre voces expertas que expongan los resultados de investigaciones, señalen los riesgos a los que se enfrenta el territorio y, por supuesto, analicen con criterio las consecuencias del modelo de desarrollo que se ha seguido hasta ahora ¡Claro que es una necesidad imperiosa y urgente!

Sin embargo, resulta sorprendente escuchar cómo algunas voces elavan su tono, como si este problema hubiera surgido apenas hace unos meses. Parece que, con la atención mediática y de redes o el cambio de circunstancias hayan decidido hacerse oír. Ahora bien, el problema es real y requiere atención.


 
Para atender a esta problemática, es imprescindible mantener la rigurosidad de los argumentos que presentamos, especialmente cuando se recurre a acciones ética y moralmente cuestionables para respaldarlos, como manifestarse frente al hogar de un dirigente público. Esas acciones no solo desacreditan a quienes las llevan con fervor, sino que también atentan contra uno de los aspectos más sagrados para cualquier persona: su hogar. El hogar representa nuestro refugio, un espacio que debe ser protegido por encima de cualquier circunstancia o ideología, ya que en él no se debaten cuestiones que incumben al ámbito público. Su violación no solo vulnera la privacidad, sino que también socava los pilares mismos de nuestra humanidad y dignidad ¡El hogar es inviolable!
 

Los argumentos legítimos que impulsan a aquellos de nosotros a buscar o a trabajar por un cambio en el modelo, así como una planificación que preserve nuestro patrimonio, el cual nos define como pueblo, se debaten en los espacios que la democracia nos proporciona.

 

Hemos alcanzado un punto en nuestra sociedad donde las garantías democráticas nos brindan el increíble privilegio de expresarnos con plena libertad. Es un logro que no tiene precio, uno que debemos valorar y proteger. Sin embargo, esa libertad no se limita a meras palabras; conlleva una gran responsabilidad. Debemos expresarnos con educación, ética y civismo en las acciones que decidamos promover.


Es necesario que actuemos con pasión y convicción, pero nunca podemos perder de vista que solo podemos lograr un cambio significativo desde el respeto mutuo a la diversidad de opiniones, a la escucha atenta de los otros, ya que esos otros, conforman un nosotros.


Debemos comprometernos a que nuestras acciones, y no solo nuestras palabras, contribuyan a hacer del mundo, de nuestro territorio, un lugar mejor. Es esencial que, entre la ciudadanía y las instituciones, se adopten estrategias de glocalización para traducir nuestras intenciones en acciones concretas y locales que, indiscutiblemente, repercutirán a nivel global.


Para pasar a la acción contamos con el marco incomparable que nos brinda la Agenda 2030 y sus cinco ejes: personas, planeta, prosperidad, paz y alianzas. A partir de esos pilares, entre todos, podemos trazar planes actuación con el compromiso de poner nuestro granito de arena para hacer que nuestro mundo sea más justo, más igualitario, más equitativo, más pacífico y sostenible.
Desde luego, hay un pilar que resulta fundamental para que hacer posible todo lo esbozado: la educación. Ya sea la formal, la no formal y la informal, aquella que se transmite en nuestros entornos sociales y culturales, así como la que proviene de nuestras familias, todas desempeñan un papel crucial para el avance de nuestra sociedad. La educación es el garante de nuestro progreso colectivo.


Termino esta reflexión con un fragmento de la obra Ética cosmopolita de la filósofa Adela Cortina:“En tiempos en que el emotivismo domina el espacio público desde los bulos, la posverdad, los populismos esquemáticos, las propuestas demagógicas, las apelaciones a emociones corrosivas, urge recordar que las exigencias de una justicia son morales cuando entrañan razones que se pueden explicitar y sobre las que cabe deliberar abiertamente. Y, sobre todo, que el criterio para discernir cuándo una exigencia es justa no es la intensidad del griterío en la calle o en las redes, sino que consiste en comprobar que satisface intereses universales, no solo los de un grupo, ni siquiera sólo de una mayoría. Ese es el mejor argumento, el corazón de la justicia".

 

Teresa Acosta

 

 


 


 

 




miércoles, 27 de octubre de 2021

Bibliotecas para leer, aprender, descubrir

 Bibliotecas para leer, aprender, descubrir
                                         24 de octubre: Día de las Bibliotecas

Teresa Acosta Tejera

 Bibliotecas para leer, aprender, descubrir

Teresa Acosta Tejera

 

Un año más el pasado 24 de octubre se conmemoró el DÍA DE LAS BIBLIOTECAS. Este 2021 el lema elegido fue “bibliotecas: leer, aprender, descubrir”. Lema que nos invita a que sigamos reivindicando la trascendencia que tienen las bibliotecas no solo para la lectura, sino para los procesos de enseñanza y aprendizaje, para el fomento de la participación de toda la comunidad educativa y, por supuesto, para la apertura de la escuela al entorno en el que se ubica cada una de ellas. Las bibliotecas son un espacio que debe estar lleno de vida propia, necesitamos bibliotecas que bullan con la misma intensidad que lo hacen los patios durante los recreos, que sean lugares que conecten con la cultura del barrio y que lo cohesionen ofreciendo sus recursos y sus espacios como lugar de encuentro y de cultura compartida, puentes que convoquen y alienten relaciones.

 

Las bibliotecas del siglo XXI deben ser motores esenciales en el ámbito educativo, pero también juegan un papel único en la educación no formal para la creación de proyectos sociales, solidarios y participativos vinculados a la realidad en la que están ubicadas. De igual manera, las bibliotecas son esenciales en el ámbito de la educación informal ya que invitan y a la ciudadanía en general a conocer y disfrutar de los placeres que encierran sus recursos y, por tanto, a disfrutar con ellos en compañía. ¡La cultura estrecha afectos!

 

Todas están cualidades quedan huérfanas por varias causas. Veamos algunas de ellas. Por el lado educativo, vemos como desde la LOE, seguida de la LOMCE y ahora en la LOMLOE se viene incluyendo el Artículo 113 referido a las bibliotecas escolares. En él se explicita la responsabilidad de las administraciones educativas para garantizar que cada centro educativo disponga de una biblioteca y a dotarlas progresivamente; sin embargo, esto no ha sucedido.

 

Además de las leyes educativas, la ley que nos hemos dado recientemente, Ley de la Lectura y las Bibliotecas de Canarias, incide en que la administración educativa “garantizará la creación y desarrollo de bibliotecas escolares en todos los centros de enseñanza pública no universitaria”, indicando además que “el gobierno de Canarias creará el fondo canario de bibliotecas escolares”, que, como es lógico deberá reflejarse en los presupuestos de la comunidad.

 

Si hemos acordado por consenso la importancia de las bibliotecas, en especial para mejorar las tasas de éxito educativo que tanto necesita nuestra tierra: ¿Qué ocurre con las bibliotecas escolares que no consiguen ocupar las agendas presupuestarias ni el discurso político?

 

Cierto es que, muchas veces existe la necesidad de priorizar actuaciones educativas, lo cual ha hecho que el articulado de las leyes no haya traspasado el texto de las mismas. Por otro lado, me inclino a pensar que las bibliotecas escolares nunca han calado en el ADN de las administraciones porque no han sido consideradas vitales y estratégicas, no solo para estudiantes, sino para la sociedad en general. Quizás, el foco se esté poniendo demasiado en aspectos que, aunque imprescindibles y necesarios en el andamiaje educativo y que deben estar cubiertos, por sí solos no garantizan ni son los verdaderos motores que suben el ascensor social de las personas. Se me antoja que es urgente reflexionar y dialogar sobre estos aspectos que un sistema educativo debe potenciar.

 

Otro factor esencial para que las bibliotecas escolares tengan el lugar que les corresponde tiene que ver con el liderazgo pedagógico del equipo directivo del centro. Hemos visto, con mucho pesar, como durante estos tiempos de pandemia, muchas de ellas se han convertido en lugares de aislamiento del alumnado en caso de sospecha de contagio por la Covid-19, triste realidad…Pero hay centros que no han tenido más remedio porque carecen de los espacios necesarios para desarrollar con plenitud todas las actividades de su proyecto educativo. Sin embargo, salvando estas circunstancias, si la dirección del centro, desconoce las potencialidades de las bibliotecas escolares, no facilitará la puesta en marcha de este recurso que, como hemos dicho, es imprescindible en este siglo XXI por el que transitamos. Es necesario, pues, revisar la importancia de un liderazgo pedagógico que atienda más a mejoras educativas, que distribuya tareas entre otros docentes, que piense en la participación, que abra las puertas al entorno…solo así podrá existir una misión común y compartida, es decir, un liderazgo pedagógico frente a una dirección centrada en la gestión.

Pero entre todas las personas conocedoras, no solo de las bibliotecas escolares, sino también de las públicas, tenemos que hacer un merecido reconocimiento a aquellos centros y profesorado que, a pesar de la falta de tiempos y de apoyos y con mucho esfuerzo personal y, como todo en la vida, de mucha pasión por su trabajo han apostado porque este recurso vital que abre puertas y ventanas al mundo y que, por encima de todo, fomenta la equidad educativa.

 

¡Olé por todas esas personas!

 

 





 

 


lunes, 14 de junio de 2021

Identidad canaria y educación: unos valores compartidos

 

Identidad canaria y educación: unos valores compartidos

Hace ya algunas semanas celebramos el Día de Canarias. Como cada 30 de mayo, aunque este año con muchas restricciones, son múltiples y variadas las acciones que se despliegan por nuestra geografía para conmemorar el día de nuestra tierra. Tierra atlántica en la que hemos forjado nuestra historia y nuestra identidad bregando entre “las patrias costas, donde la mar se estrella”. Ser de Canarias y querer a Canarias es inmensamente más, mucho más que un sentimiento.

 Sin pretender hacer demagogia, ni teorías vacuas al respecto de estas celebraciones, me han surgido algunas incertidumbres sobre cuestiones que quizás puedan ser de interés o quizás no trasciendan de estas líneas. A raíz de algunos programas televisivos emitidos en la última semana de mayo o de las actividades que se celebran en barrios, asociaciones, centros educativos…, me he preguntado: ¿Con estos actos adquirimos el necesario conocimiento y la cultura –escrita con mayúscula– de nuestra Tierra?

Como en casi todos, este tema también es cuestión de EDUCACIÓN. Pero a qué nos referimos con que es “cuestión de educación”. Vayamos por partes y analicemos algunas de las herramientas que nos hemos dado en nuestra Comunidad Autónoma para conocer, preservar, cuidar y difundir nuestro patrimonio cultural. 

Si partimos de la premisa de que la educación es la esencia, empecemos por la Ley Canaria de Educación (Ley 6/2014, de 25 de julio, Canaria de Educación no Universitaria) que en su Artículo 27.3.7 recoge:

“El currículo deberá contemplar la presencia de contenidos y de actividades relacionadas con el medio natural, la historia, la cultura, la antropología, la identidad canaria y otros hechos diferenciales del archipiélago canario, para que sean conocidos, valorados y respetados como patrimonio propio y en el marco de una cultura universal”. 

No obstante, educación y cultura constituyen un binomio indisociable, por eso haremos referencia a la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias (Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias), que señala que el patrimonio cultural de Canarias:

 “Está constituido por los bienes muebles, inmuebles, manifestaciones inmateriales de las poblaciones aborígenes de Canarias, de la cultura popular y tradicional, que tengan valor histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico, etnográfico, bibliográfico, documental, lingüístico, paisajístico, industrial, científico, técnico o de cualquier otra naturaleza cultural, cualquiera que sea su titularidad y régimen jurídico”.

En el apartado h) del capítulo I dedicado a las Competencias de las administraciones públicas canarias se indica que deberán:

“Integrar su conocimiento y valoración en los currículos educativos de las enseñanzas en niveles no universitarios e impulsar estrategias de conocimiento o valoración en la educación no formal a través de programas específicos de difusión”. 

Asimismo, la Ley Orgánica 1/2018, de 5 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias entre sus Principios rectores, punto 7, se manifiesta expresamente que los poderes públicos asumen como uno de sus principios rectores:

“La defensa, promoción y estudio del español de Canarias, como variedad lingüística del español atlántico”. 

En lo referente a los Derechos en el ámbito de la educación, el Artículo 21.8 dice:

“Serán parte integrante de los planes educativos en la etapa obligatoria materias referentes a la historia, geografía, sociedad, política y cultura de Canarias”.

En cuanto al Patrimonio Cultural, el Estatuto en su Artículo 137. 1 señala que: 

“Corresponde a la Comunidad Autónoma de Canarias la competencia exclusiva sobre el patrimonio cultural, sin perjuicio del artículo 149.2 de la Constitución, que en todo caso incluye la regulación del régimen jurídico de los bienes, actividades y demás manifestaciones que lo integran por sus valores históricos, arquitectónicos, artísticos, arqueológicos, etnográficos, paleontológicos, científicos o técnicos, así como los bienes inmateriales de la cultura popular canaria y las particularidades lingüísticas del español hablado en Canarias”.

Por último, citaremos la Ley 5/2019, de 9 de abril, de la Lectura y de las Bibliotecas de Canarias en la que se recoge todo lo relacionado con el Patrimonio Bibliográfico de Canarias, en la que, además de múltiples referencias a la lectura y a que los planes que se desarrollen “deberán articular políticas de promoción de las personas autoras canarias” (Artículo 37.5) se establece como Objeto, punto 3:

“Es objeto de la presente ley regular el patrimonio bibliográfico de Canarias, para garantizar su protección, conservación, enriquecimiento, fomento, investigación y difusión […]”.

Resulta evidente que, según lo recogido en estas leyes,  las administraciones han realizado sus deberes; sin embargo, sabemos que la existencia de la norma por sí misma no garantiza la materialización de la finalidad para la fueron concebidas, así que nos queda mucho camino por recorrer.

Nos consta que desde diferentes departamento autonómicos se promueven muchas iniciativas para que la población en general tenga conocimientos sobre aspectos diversos de nuestra cultura y, desde luego, en el ámbito de la educación formal encontramos excelentes referentes de trabajo integrado en la planificación de las diferentes áreas curriculares. Del mismo modo,  desde el ámbito municipal e insular se organizan multitud de actos con el intento de fortalecer el sentimiento y el orgullo de nuestra identidad canaria.

Pero ¿es suficiente lo que se hace? ¿Se tiene una visión global del conocimiento que se debe transmitir, en especial a las jóvenes generaciones? ¿Hay estrategias y sinergias conjuntas entre las diferentes administraciones? ¿Es necesario planificar el estudio del patrimonio cultural en la formación inicial y permanente del profesorado?

Como decíamos al principio de estas líneas, al hilo de las acciones que hemos podido ver en diferentes lugares y medios de comunicación, nos han surgido algunas cuestiones sobre las que reflexionar. En un programa televisivo de contenido eminentemente canario se entrevistaba a investigadores de nuestro patrimonio arqueológico. En algunas de sus respuestas observamos la necesidad de realizar más esfuerzos con una planificación diferente:

“Si nosotros como canarios no somos capaces de valorar lo que es singular dentro de nosotros…, tantos lugares especiales de las islas […], difícilmente podemos avanzar en nuestros referentes culturales y en nuestros referentes de identidad”.

Canarias Amazigh, Tras las huellas de los antiguos canarios. TVCanaria

Antonio Tejera Gaspar. Catedrático de Arqueología y Premio Canarias de Patrimonio Histórico.

Hoy nadie discute la importancia de que la educación es la mejor herramienta para formar a toda la ciudadanía, sin duda también en el conocimiento de nuestras señas de identidad: las heredadas, las presentes y las que vamos creando y que conformarán la Canarias del futuro. Pero hay que educar desde una visión integral de nuestro patrimonio y eso significa abordarlo en todos los contextos (formales, no formales e informales). Para avanzar, todos los esfuerzos deben ser conjuntos y estar orientados hacia la misma meta.

Creemos que, desde esta mirada global e integral, podemos enmarcar la educación de nuestro patrimonio cultural canario. Pero ¿cómo hacerlo? Desde luego que la visibilización de distintas formas de expresión de la cultura mediante actos y actividades puntuales son atractivas y necesarias; sin embargo, si deseamos una educación profunda con una visión integradora de todas las facetas de la cultura, que impregne en estudiantes de todas las etapas educativas y a la ciudadanía en general, no basta con estas acciones que a veces son activismo descontextualizado.

Pero para que esto sea posible, desde todas las instituciones con responsabilidades en educación, cultura y patrimonio, que son todas, es esencial contar con un plan estratégico a largo plazo. Si bien, como hemos señalado, tenemos los documentos oficiales que nos dan el marco necesario para planificar, necesitamos que en las instituciones haya un marcado liderazgo que no sea cortoplacista, que piense en el bien común de toda la ciudadanía,  que conozca y sienta la necesidad de crear equipos interdisciplinares, pensamos que esta es la única manera de planificar el conocimiento de nuestro patrimonio cultural con ciertas garantías de éxito.

¿Fácil? Rotundamente NO. ¿Imposible? Claramente, NO. 

En pleno siglo XXI, las diferentes ramas del conocimiento deben estar  interconectadas con el objetivo de realizar este plan estratégico de educación patrimonial canario. Los equipos interdisciplinares de investigadores deben marcar los principios sobre los que debe asentarse el conocimiento imprescindible de nuestro patrimonio cultural, a partir de ellos, otros profesionales deben secuenciarlo y proponer diferentes metodologías que lo acerquen de manera significativa y contextualizada a cada etapa educativa de la educación formal y al resto de instancias fuera de los centros educativos.

En el caso de la educación no formal e informal, deberá articularse una política de gestión y difusión para toda la ciudadanía. En la responsabilidad de la municipalidad, los planes estratégicos deben partir de un diagnóstico que permita analizar necesidades de la población, recursos: personales y materiales  (teatros, museos, bibliotecas, asociaciones, grupos culturales, etc.) con los que se cuenta para saber los retos que se deben abordar y la manera de llevarlo a cabo. Medios de comunicación, redes sociales también juegan un papel importante en la transmisión de nuestro patrimonio cultural. Una vez que se cuente con la información, se han de establecer unos objetivos estratégicos que se anclen, a su vez, en diferentes ejes con la cronología deseable de acciones. Fundamental es la evaluación durante todo el proceso para poder encauzar las acciones programadas. El Plan Estratégico, municipal o insular, tendrá más perspectivas de éxito cuanto más participativo sea. Considero que una de las claves es conectar el patrimonio cultural con las personas. En el mismo programa televisivo al que aludíamos antes, Marcos A. Moreno, coordinador de Tibicena lo expresaba de la siguiente manera:

“Si nosotros a esos niños les metemos en el coco y en el corazón que este sitio es importante ese niño no expoliará. Si le decimos que lo interesante es el sitio en el que estamos, el yacimiento en sí, nadie se puede llevar eso, porque es conocimiento. Es decir, tenemos que cambiar la forma de vender el patrimonio, no como fetiche que es una muestra de algo y que no sirve de nada, sino como una historia que hay que recuperar y que tiene valor en su conjunto... No hay nada más agradable que ver  a gente disfrutando de la historia en un yacimiento. Todos los niños deberían pasar por el yacimiento de su zona”. 

Tengo la firme convicción de que cuando concibamos la educación como un todo, cuando cale como la gota de aceite la importancia que tiene la educación para que una sociedad avance, sea inclusiva, sea tolerante, libre, comprometida con los derechos humanos…, una sociedad en la que tengamos y reclamemos con equilibrio derechos y deberes, avanzaremos hacia la equidad social. Y, desde luego, el conocimiento de nuestras señas de identidad a través de planes estratégicos de educación patrimonial, hará que el camino hacia esa equidad social sea más factible porque la sociedad canaria comparte unos valores que nos hacen ser únicos.


Teresa Acosta Tejera

Maestra y Doctora en Filología

 

 







 

jueves, 22 de abril de 2021

23 de abril: "Fiesta de la Literatura Universal".

 23 de abril: "Fiesta de la Literatura Universal".


Fuente: https://es.unesco.org/commemorations/worldbookday


En 1995 la Conferencia General de la UNESCO eligió el 23 de abril como fecha para la celebración de lo que se ha venido llamando la FIESTA DE LA LITERATURA UNIVERSAL

Esta fecha coincide con la muerte de los escritores Shakespeare, Cervantes y Garcilaso de la Vega.


Propuestas para trabajar el DÍA DEL LIBRO:

EDUCACIÓN 3.0: https://www.educaciontrespuntocero.com/libros/lecturas-celebrar-dia-del-libro/

https://www.educaciontrespuntocero.com/libros/dia-internacional-del-libro-infantil-y-juvenil/

Blogs dedicados a la Literatura infantilhttps://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/blogs-de-literatura-infantil/

Lapicero mágico. Animación a la Lectura y a la Escritura Creativa: http://lapiceromagico.blogspot.com/2015/04/50-actividades-para-el-dia-del-libro.html

Oxfan Intermón: https://blog.oxfamintermon.org/actividades-para-ninos-y-ninas-en-el-dia-del-libro/

Revista Babar: http://revistababar.com/wp/dia-internacional-del-libro-infantil-2021-la-musica-de-las-palabras/

Revista Babar_Imprescindibles: http://revistababar.com/wp/tag/imprescindibles/

Plana Inclusión Madrid (Federación de Organizaciones de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo de Madrid): https://plenainclusionmadrid.org/recursos/dia-del-libro-en-confinamiento/

Las familias y alumnado del CEIP El Tablero han realizado un precioso árbol con el lema”Leer es soñar con los ojos abiertos”: https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/ceipeltablero/2021/04/12/dia-del-libro-2021-2/

Literatura SM: https://es.literaturasm.com/somos-lectores/ideas-celebrar-dia-libro#gref

Biblioabrazo: https://biblioabrazo.wordpress.com/

Emtic: Recopilatorio de ideas y recursos para celebrar el Día del Libro: https://emtic.educarex.es/listado-de-categorias-2/236-emtic/fomento-de-la-lectura/2151-algunas-ideas-y-recursos-para-celebrar-el-dia-del-libro.

Mi bibliorincón: http://mibibliorincon.blogspot.com/2015/03/el-arbol-de-los-libros.html?m=1

Qué leer: https://queleerlibros.com/actividades-para-celebrar-el-dia-del-libro-2021/

EDUCO: https://www.educo.org/Blog/el-23-abril-el-dia-del-libro?utm_source=google&utm_medium=cpc&utm_campaign=educo_brand_dsa&utm_term=kw&utm_content=text&gclid=CjwKCAjwmv-DBhAMEiwA7xYrd9ew1Lzq63YKabUjcTe7Vl5YGcPO5R0VkQhdNqg5pc9UJ-VEST--qRoCwI0QAvD_BwE

Orientación Andújar: https://www.orientacionandujar.es/2021/04/20/cuaderno-de-actividades-dia-del-libro/

Listado de cuentos y libros para trabajar emociones, sentimientos y/o competencias emocionales:https://drive.google.com/file/d/16Ny96OyM57ynxCirfLSaGGTj1fba0PHb/view en http://www.clubpequeslectores.com/    

Blog tiching: http://blog.tiching.com/los-10-mejores-recursos-educativos-para-celebrar-el-dia-del-libro/

Aula Planeta: https://www.aulaplaneta.com/2015/04/22/recursos-tic/cinco-ideas-para-celebrar-el-dia-del-libro-de-forma-diferente/

Manualidades.es: https://manualidades.es/actividades-para-celebrar-el-dia-del-libro-con-ninos.html

Revista inédita Irreductibles con Astérix, cuyo primer número está disponible en: https://www.asterix.com/wp-content/uploads/2020/04/Irreductibles_con_Asterix_1.pdf y otras actividades recopiladas en https://elpais.com/cultura/2020-04-22/que-se-puede-hacer-el-dia-del-libro-guia-completa-de-actividades.html

https://trello.com/b/INgW16hA/d%C3%ADa-del-libro-2021       

Actividades para infantil: https://www.actividadeseducainfantil.com/2019/04/manualidades-dia-del-libro-2019.html

Unidad Didáctica interactiva: https://www.profedeele.es/actividad/unidad-didactica-interactiva/dia-del-libro-23-abril/

Desde luego, son muchas más las iniciativas que se encuentran en la Red para la celebración del Día del Libro y los Derechos de Autor, pero creemos que en nuestra selección se pueden encontrar diversas alternativas para trabajar y, no solo el 23 de abril. 

Es importante que celebremos este DÍA, pero más importante es que la lectura forme parte de nuestras vidas y de las vidas de estudiantes y familias. Los docentes tenemos mucha más responsabilidad a lo largo de los cursos escolares que centrarnos en un solo día. Las acciones aisladas, descontextualizadas o lo que se ha venido llamando "animación a la lectura", en la mayoría de las ocasiones se queda en un activismo que no tiene continuidad y, por tanto, es anecdótico, es decir, mucha animación y poca lectura.

La lectura y la escritura tienen que sistematizarse en las aulas, los docentes tienen que ser mediadores entre el libro y su alumnado, lo deseable sería también que lo fueran entre las familias y los libros o, incluso, entre las lecturas de sus hijos e hijas y los textos que estos escriben. La lectura y la escritura deben ser tratadas como "prácticas sociales" que están presentes en la vida de toda la ciudadanía, en su cotidianidad vital.

Por todo ello es imprescindible un profesorado formado y una sociedad educadora en la que se vele por la educación y la cultura de toda la ciudadanía, en especial por la población más joven para que pueda avanzar de forma crítica y construir su proyecto de vida profesional y personal. Una población solidaria y activista en defensa de los más vulnerables, una juventud empoderada para trabajar para que un mundo mejor sea posible.

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!




Teresa Acosta

Maestra y doctora en Filología

domingo, 14 de marzo de 2021

Cruzando con grandeza la vereda de la vida.

Pasaban los años de su niñez y, aunque nunca tuvo ni buscó explicación alguna, Merche no era la niña conformista que se esperaba, no al menos en todos los aspectos de su vida. Pasaba las tardes mirando a través de los viejos ventanales de la casa familiar, abrigaba  la esperanza de que algo diferente sobreviniera. Cautiva en una casa entristecida por la guerra y por un luto silencioso que no propiciaba que las miradas adultas advirtieran sus inquietudes.

Esas inquietudes se percibían en el brillo apasionado de sus ojos y en los destellos de ilusión que estos desprendían. Una tarde de otoño, desapacible, entre el silbido del viento meciendo en círculos la hojarasca, se percató de los pasos acelerados de su tía Ana. Estaba entrando en el patio, había quedado con las otras mujeres un poco más temprano que de costumbre. Allí compartían charla y costura, su refugio para olvidarse de su insulsa cotidianidad. Merche, abstraída de la charla, prestaba atención a la costura. Las nubes ennegrecieron y dieron paso a una lluvia intensa. Las mujeres recogieron precipitadamente sus cestas de costura y se despidieron.

Merche se quedó mirando cómo aligeraban el paso, las gotas que se deslizaban por los cristales distorsionaban sus figuras. Cuando se alejaron definitivamente, se dio la vuelta y entonces vio que su tía había olvidado un retal de tela de dril. No lo pensó, rebuscó con impaciencia en las bolsas donde guardaban los patrones. Encontró el que buscaba, comprobó que estuviera completo: parte delantera, trasera, bolsillos, presilla, pretina… Ya estaba lo fundamental…

Sintió en el estómago como un hormigueo, estaba emocionada porque al fin tendría la oportunidad de hacer lo que tantas tardes llevaba observando. Dobló por la mitad la tela y la colocó sobre el suelo de madera de la estancia compartida, se arrodilló y fue alisándola muy despacio. Luego ubicó cuidadosamente cada parte del patrón: delantera, trasero, cintura, tiros, altura de cadera y de rodilla…

Colocados los patrones con sus márgenes de costura, los sujetó con las pequeñas planchas de hierro que tenía en la cómoda y unos pocos alfileres. Se levantó para comprobar que todo estaba en la posición correcta. Se agachó de nuevo y con un trozo de jaboncillo, marcó cada pieza. Cogió las tijeras con firmeza, si se equivocaba no habría vuelta atrás. Al principio los cortes fueron muy tímidos, espaciados…, pero ganó confianza al ver que la tela se iba rindiendo ante sus manos.

Notó que se había hecho muy tarde cuando oyó la voz insistente de su madre. Guardó todas las piezas y bajó a cenar. Tenía un brillo especial en sus verdes ojos, nadie lo notó. Al día siguiente, la lluvia se intensificó y las mujeres decidieron no acudir a su encuentro habitual. Se acostó con resignación, ya no se atrevía a seguir sin la ayuda de su tía, confiaba en que ella la ayudaría sin enfadarse, a fin de cuentas, no había estropeado la tela de dril.

Dos días después, la costura se reanudó. La cara de incredulidad de Ana al ver lo que su sobrina había hecho sin ayuda, avivó la curiosidad de las otras mujeres. Comprobaron las partes del patrón y, con una mirada complaciente, Ana le dijo que cogiera aguja e hilo y se pusiera a unir las piezas según ella le fuera indicando. Antes de terminar la semana ya tenía hilvanada toda la pieza, en la siguiente casi había terminado un pantalón para su adorado padre. Entonces su madrina le dijo ¡Decide tú el toque final!

Pasaron algunos años y ya se había convertido en una joven costurera algo reconocida. Recibía algunos encargos, menos de los que le hubiese gustado debido a la escasez de género de la posguerra. Sabía de la existencia de los hermanos Hari y Kiram que comerciaban los fines de semana por los pueblos. Estuvo esperándolos varios domingos y, por fin, en la plaza reconoció su furgón. Con cierta timidez, se acercó y después de un rato de charla, los convenció para que le fiaran las telas, les pagaría cada mes.

Al principio cosía en su casa, pero la luz de las velas molestaba a sus padres. Así que habló con un hermano de su abuelo y este le dejó un pequeño salón cerca de la plaza. Durante las tardes y muchas noches cosía, por las mañanas fue montando una pequeña tienda en la que vendía género relacionado con el hogar. Recibió muchas críticas por atreverse a montar un negocio sola y con pocos recursos, pero recordaba esta etapa de emprendedora con mucho orgullo. A pesar del esfuerzo y de su esmero, el trabajo era demasiado y las ganancias irrisorias. Así que tuvo que cerrar.

A los pocos meses, oyó comentar que en el Ayuntamiento buscaban una persona para crear el censo poblacional. Sin dudarlo, cruzó por el barranco para acortar camino hacia el centro del pueblo y se presentó en la oficina. Supo vencer las reticencias y entró como la primera mujer en ocupar ese puesto. Al recordarlo reía diciendo que el mérito fue de su buena caligrafía. Le gustaba su tarea y se sentía cómoda en la pequeña oficina; sin embargo, antes del año su salud ya había empezado a resentirse a causa de la desafortunada caída. Así que tuvo que renunciar al trabajo.

Después de formar una familia, siguió cosiendo, se hizo modista de la estirpe Barbie y Ken de sus nietas, ejerció de practicante, y siempre, sin una sola queja, cuidando de los suyos de una manera generosa. Así transcurrió parte de la vida de esta pionera nacida en los años veinte del siglo pasado a la que la vida no le brindó más oportunidades.

Nunca le faltó una sonrisa a esta mujer de un pueblo del sur del sur en el que la vida no era fácil, mucho menos para una mujer valiente.

Tenacidad, bondad y resiliencia caracterizaron su transitar por la vereda de esta vida.

Teresa Acosta

 


domingo, 24 de enero de 2021

Cuando la palabra germina.

 

Cuando la palabra germina.

Con el manto que me ha cedido la experiencia y desde la distancia que el tiempo me autoriza, refrendo el pensamiento del poeta cuando dijo que la verdadera patria del hombre es la infancia.

Era una mañana de mucho calor, septiembre es siempre así en el pequeño pueblo del valle. Era mi primer día, me habían comprado ropa para esa nueva etapa tan importante que estaba a punto de comenzar. Yo prefería seguir como hasta ahora acompañando a mi abuelo a llevar al rebaño a pastar, pero según él ya tenía edad de aprender. Al parecer esto era muy importante para ser y para estar en el mundo. Yo, entonces, no entendía qué me querían decir porque yo creía que ya estaba en el mundo.

Mi abuelo, un hombre que gozaba de la sabiduría que el campo confiere, insistía para que mi madre bajara al pueblo a hablar con la maestra y apuntarme en la escuela, que no me hacía bien estar solo con ellos dos, que debía relacionarme con los otros chicos y chicas del pueblo.

Así que había llegado la hora y allí, ante el edificio de la escuela, estaba yo aferrado de la mano de mi madre, con muchas mariposas en mi barriga. Cuando entramos en el pequeño patio se nos acercó una señora que olía igual que las rosas silvestres de nuestros campos. Nos saludó cariñosamente y me llamó por mi nombre. Pero si no la había visto nunca ¿Cómo sabía que me llamaba Lucas?

Yo, en un último intento de que no me dejase solo, agarraba con tanta fuerza la mano de madre que llegué a pellizcarla. Celeste se percató de mi nerviosismo y, después de despedir amablemente a mi madre, se agachó a mi lado, me cogió suavemente de la mano y se presentó. Me llevó a un salón en el que estaban otros niños y niñas. Al entrar me miraron con curiosidad.

Yo no entendía muchas de las cosas que me decían porque estaba acostumbrado a hablar solo con mi madre y con mi abuelo. Algunos se reían de mi peinado y casi todos me preguntaban dónde vivía. Cuando intenté hablar, aún reían con más ganas. La maestra les explicó que vivía en el precioso monte de laurisilva que se veía desde el pueblo. Me animó a que les contara cosas de mi vida. Orgulloso, con mucha vergüenza y no pocos titubeos, les conté como pude que mi abuelo tenía cabras, conejos, algunas ovejas y una vaca. Que paseábamos entre laureles, tilos, barbusanos… Confieso que me gustó que me escucharan, aunque seguían con alguna carcajada porque decían que yo hablaba cantando. La verdad, entonces no era consciente de que sus apreciaciones eran ciertas.

Celeste aplaudió y seguidamente toda la clase… ¡Y me sentí un poco más tranquilo! Luego me ofreció un libro para que leyese en voz alta. Pero no supe descifrar ni una sola palabra y me sentí perdido, con ganas de salir corriendo y regresar a mi casa. La maestra se dio cuenta de mi angustia, –mi madre no le había dicho que no sabía leer– y con una gran sonrisa, me acarició la espalda y me dijo que no me preocupara, pero yo solo quería irme.

Fueron pasando los días, las semanas… y Celeste con gran paciencia me iba explicando los trucos caprichosos de las letras para formar palabras. Con una gran sonrisa me decía que equivocarse es aprender, que acertar después de fallar sabe mejor. ¡Cosas de mayores, creía yo!

Los de clase, cada vez reían menos y me incluían en sus juegos gracias a los esfuerzos de Celeste… Muchos días, cuando el resto de la clase salía al recreo, ella me llevaba a la pequeña biblioteca y me pedía que eligiera un libro… Yo no sabía cuál, miraba y escogía aquel que más me atraía por sus ilustraciones. Celeste con su voz cálida mediaba entre el texto y yo, leía con una entonación tan expresiva y melódica que yo me fundía con las historias.

Le hacía repetir las palabras y expresiones que no entendía, le solicitaba que me señalase con el dedo dónde estaba escrita esa palabra tan rara o la que más gracia me hacía, me aprendía versos de memoria que aún recuerdo y repito como Por un sendero salado, camina que te camina, en un caballo de mar, amazona una sardina…, descubrí el Sáhara y los campamentos de refugiados gracias a la lectura de Palabras de Caramelo, descubrí que la luna tiene sabor, que se han escrito nanas a las cebollas y a un olmo seco, conocí piratas, brujas, dioses…

Celeste, cada día nos leía un ratito en clase, después nos pedía que inventásemos otros cuentos con los personajes de esas historias, aprendimos a conversar con ellos, a ponernos en su piel para intentar saber cómo eran y qué sentían y luego, entre todos, escribíamos nuevas aventuras. Celeste convirtió la clase en una comunidad de estudio.

Así, poco a poco fui aprendiendo a estar en el mundo. Hoy, tengo mi propia historia en una biblioteca. Regresé al pueblo y visité a Celeste. La encontré asomada a la ventana de su vieja casa. Aunque con problemas de visión, me reconoció por mi voz cantarina que el tiempo no ha podido borrar del todo. Cogí sus frágiles manos entre las mías, saqué del bolsillo un folio en el que había copiado un poema de Maccanti y le leí:


Como semilla
que de la luz más honda se desprende,
próximo ya su tiempo para darse,
un día la palabra cae en la tierra
del corazón y allí germina.

Allí germina para darse a otros.
 
Fue oscureciendo, en silencio miramos hacia el cielo y percibimos el titilar de las estrellas y a la Luna que, muy despacio y tímidamente, iba deslizándose hasta acercarse a la ventana de Celeste, ella también deseaba escuchar sus historias.    

Ahora sé lo que es ser y estar en el mundo.

 

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